Linfedema

¿Qué es el linfedema?

El linfedema es la inflamación que se produce en los tejidos como consecuencia de la acumulación de linfa, el líquido que normalmente se drena a través del sistema linfático, pero que, por una causa congénita o como una condición adquirida, no lo hace con la eficiencia que debiera. Afecta principalmente a los brazos y piernas, aunque también puede darse en la pared torácica, el abdomen, el cuello y los genitales. Es más frecuente en mujeres que en hombres. De acuerdo con su origen, se distinguen dos tipos de linfedema, el primario y el secundario.

En el linfedema primario la enfermedad tiene un origen congénito (no necesariamente hereditario) y puede manifestarse desde el nacimiento o en cualquier etapa de la vida. Dada su baja incidencia en la población se le considera como una enfermedad rara. Se estima que está en el origen del 10% del total de los casos de linfedema.

Por su parte, el linfedema secundario es aquel que se desarrolla por alteraciones de los vasos linfáticos o de los ganglios, y que se producen de forma posterior al nacimiento. Las causas más frecuentes del linfedema secundario son:

  • Tumores cercanos a los ganglios o a los vasos linfáticos mayores.
  • Tratamientos de radiación aplicados sobre estos tumores.
  • Cirugías en las que se extirpan ganglios o se afectan vasos linfáticos mayores.
  • Ciertos tipos de parásitos tropicales que obstruyen los ganglios.
  • Algunos casos de lipedema pueden llegar a desarrollar linfedema.

Síntomas y complicaciones del linfedema

Los síntomas del linfedema presentan un amplio espectro de gravedad, desde los casos más leves hasta los más fuertes e incapacitantes. Los principales son:

  • Inflamación visible del miembro o parte afectada. En el caso de los brazos y piernas puede darse en una parte del miembro o en su totalidad, incluidos los dedos de los pies o de las manos.
  • Sensación permanente de que el miembro es más pesado o está siendo oprimido.
  • Infecciones frecuentes debidas a que la linfa, que en esta enfermedad presenta problemas de circulación, se encarga de transportar el material de desecho del cuerpo.
  • Fibrosis en la piel, que se manifiesta en endurecimiento y engrosamiento

El linfedema pude traer una serie de complicaciones físicas como el aumento de infecciones del tipo micosis (hongos), celulitis (bacterias) o erisipela (estreptococos); inflamaciones adicionales como la linfagitis; y algunas de mayor gravedad en los casos de prolongada desatención como el desarrollo de un tipo raro de cáncer o el desencadenamiento de una septicemia.

A su vez, el linfedema -al igual que el lipedema- puede generar complicaciones psico-sociales derivadas, en su mayoría, de los notables cambios que la enfermedad produce en el cuerpo: baja autoestima, ansiedad, depresión, hipervigilancia física obsesiva y aislamiento socio-familiar, entre otras.

Diagnóstico del linfedema

Cuando se presenta alguna de las causas más frecuentes de linfedema secundario el médico puede diagnosticar la enfermedad basado en la historia clínica y en los síntomas. No obstante, en aquellas ocasiones en las que no resulta tan evidente la relación entre la causa y la posible enfermedad, cuando se presume que existe un linfedema primario o cuando la sintomatología es leve, el profesional puede recurrir a las siguientes pruebas diagnósticas para obtener imágenes de las zonas afectadas:

  • Resonancia magnética
  • Tomografía computarizada
  • Ecografía
  • Linfoscintigrafía
Los especialistas responsables de la prevención y diagnóstico temprano del linfedema son los cirujanos, cirujanos vasculares, ginecólogos, oncólogos, radioterapeutas, rehabilitadores, fisioterapeutas y podólogos. 

Tratamiento del linfedema

A día de hoy, el linfedema no tiene cura. Sin embargo, con un diagnóstico temprano y tratamiento conservador, la mayoría de las personas que lo padecen pueden llevar una vida lo más normalizada posible. Algunas técnicas quirúrgicas pueden ser aplicadas con éxito solo para ciertas personas. 

El tratamiento conservador se basa fundamentalmente en:

  • Cuidados de la piel. La persona con linfedema debe mantener bien limpia e hidratada la piel para evitar infecciones y daños en la misma.
  • Drenaje linfático manual (DLM). Fisioterapeutas especializados en esta técnica aplican presión en ciertas zonas de los miembros para conducir la linfa atrapada desde los vasos obstruidos hacia los funcionales.
  • Vendas y prendas de compresión. Facilitan el drenaje de la linfa desde las extremidades afectadas hacia el tronco. Suelen requerir receta médica ya que no todas las tallas ni tipos de compresión son adecuados para todas las personas. 
  • Ejercicios. Determinados movimientos, así como la práctica de algunos deportes bajo supervisión médica, favorecen que el exceso de linfa se desplace fuera de las extremidades afectadas.

Entre las técnicas quirúrgicas que se aplican a ciertos tipos y grados de linfedema destacan el trasplante de ganglio linfático, la conexión entre la red linfática y los vasos sanguíneos, y la extirpación de tejido fibroso mediante liposucción.

Los especialistas implicados en el tratamiento del linfedema son los rehabilitadores, fisioterapeutas y fisioterapeutas oncológicos.

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