
El lipedema (código EF02.2 en el ICD-11) es una enfermedad crónica y degenerativa del tejido adiposo que afecta casi exclusivamente a mujeres. Es una patología genética y hereditaria. Los doctores Allen & Hines lo describieron en el año 1940 como ‘grasa dolorosa’.
Suele iniciarse en etapas que implican cambios hormonales y consiste en una alteración de la distribución de la grasa que se acumula de forma anormal y simétrica en el sistema linfático, mayoritariamente en los miembros inferiores (desde la cadera hasta los tobillos) y en estadios avanzados en miembros superiores. No afecta al pie como en el linfedema. Se confunde a menudo con celulitis, obesidad y linfedema, siéndo en la mayoría de veces mal diagnosticada. Al igual como el linfedema, afecta al sistema circulatorio y al sistema linfático (en el caso del lipedema dada la compresión de la grasa sobre ambos sistemas).
El lipedema se caracteriza por edema, dolor, depósito de tejido graso, hematomas frecuentes ante el mínimo traumatismo por la fragilidad capilar, sensación de tirantez y pesadez en los miembros afectados, problemas circulatorios de retorno venoso, problemas hormonales, permeabilidad intestinal…
Esta enfermedad ha sido recientemente reconocida por la OMS con el código EF02.2 en el CIE11.
TRATAMIENTO
El tratamiento conservador que existe para el lipedema son las medias de compresión con una dieta antiinflamatoria y ejercicios de bajo impacto. No hay pérdida de volumen con dietas convencionales ni con ejercicio intenso, que a pesar del esfuerzo, la grasa sigue intacta en los miembros afectados, aunque sí hay variaciones en los miembros no afectados. Las afectadas de lipedema tienen que seguir una alimentación especial, eliminando alimentos procesados, azúcares, sal y alimentos inflamatorios. Actualmente, existen varias dietas para mejorar el lipedema: RAD, Hiperprotéica, Cetogénica, etc. que siempre hay que seguirla en manos de profesionales cualificados que sepan ajustar el aporte calórico y alimentos según el caso.
Al igual como la alimentación, el ejercicio físico no disminuye el lipedema, pero nos ayuda a ralentizar el proceso y aliviar los síntomas. Se recomiendan ejercicios de bajo impacto como: caminar, ejercicios en el agua, natación, bicicleta, Nordic Walking, yoga, pilates…
En casos de lipolinfedema es muy beneficioso además el vendaje multicapa y los drenajes linfáticos.
El tratamiento invasivo: cirugía (Wal o asistida por agua, o Tumescente). Estos dos tipos de liposucción tienen buenos resultados en el tratamiento de lipedema, pues no es efectiva cualquier técnica, ya que podría provocar un problema linfático grave. Debemos recordar que el lipedema es una enfermedad crónica y degenerativa y por tanto, el elegir un tratamiento invasivo no nos exime en tener que realizar además el tratamiento conservador.